Son todo un icono de la gastronomía gallega y muy fáciles de elaborar. Aprovecha la temporada de verano si quieres disfrutar de los auténticos pimientos de Herbón, parroquia del Concello de Padrón en la que se que cultivan desde el S. XVII por los monjes del convento franciscano.
Únicos por su extraordinario sabor, fina textura y aroma inconfundibles, se suelen vender en bolsas de "un cento" (En gallego, 100 unidades) que representan unos 500 gr. aproximadamente. Este manjar disfruta a día de hoy de D.O.P. (Denominación de origen protegida).
1. Para elaborarlos algunos recomiendan sacarles el rabo para evitar cierto regusto amargo. Si me lo permites, yo te recomendaría que no lo hagas ya que prácticamente no afecta al sabor final y, además de mejorar la presentación final, te ahorrarás un trabajo. De modo que sin más, calienta el aceiteGrasa obtenida de elementos vegetales tales como olivas, soja, girasol, etc. en una sartén más bien honda, en la que puedan flotar los pimientos con libertad.
2. Cuando el aceiteGrasa obtenida de elementos vegetales tales como olivas, soja, girasol, etc. comience tímidamente a humear, introduce un par de puñados de pimientos y mantén el fuego alto. Remueve a menudo con ayuda de un par de espumaderas para conseguir que se doren exteriormente de modo uniforme.
3. Y el toque final, cuestión de gustos: unos prefieren los pimientos prácticamente sin tostar, otros que si con un tostado exterior pronunciado,... En todo caso, entre 2 y 3 minutos de fritura es lo ideal.
4. Dicho esto, una vez consideres que tienen el color deseado, retíralos con ayuda de una arañaUtensilio de cocina a modo de espumadera con cabeza de malla metálica, muy útil para escurrir fritos. o espumadera de malla, escurriendo bien de aceiteGrasa obtenida de elementos vegetales tales como olivas, soja, girasol, etc..
5. Pásalos a un plato, salpica con sal gruesa al gusto y a disfrutarlos en caliente.