1. Elige unos buenos aguacates maduros pero sin excesos. Este es el principal secreto para obtener un guacamole untuoso. (En la fotografía podréis observar que los que pude conseguir estaban ligeramente verdes, poco maduros y de ahí el resultado).
2. Pártelos por la mitad en sentido longitudinal y extrae la nuez o pepita interior. Retira la piel con la mano. Si está maduro saldrá con facilidad. Una vez tengas la pulpa, corta trozos grandes. Lo ideal, según la tradición, es machacar los ingredientes en un morteroRecipiente generalmente de mármol compuesto por vaso y mazo que sirve para majar o machacar ciertos alimentos o preparados. de piedra volcánica como el de la fotografía. Pero también puedes hacerlo en un bol de acero o de cristal resistente.
3. Desposita la pulpa de aguacate en el morteroRecipiente generalmente de mármol compuesto por vaso y mazo que sirve para majar o machacar ciertos alimentos o preparados., añade el tomate y los chiles, troceados en dados menudos. Añade un poco de sal gruesa (Te ayudará a deshacer el aguacate) y el zumo de lima o limón. Trabaja a base de suaves golpes para deshacer los ingredientes, removiendo de vez en cuando con el mazo del morteroRecipiente generalmente de mármol compuesto por vaso y mazo que sirve para majar o machacar ciertos alimentos o preparados..
4. Después de 8-10 minutos obtendrás una pasta con textura irregular pero untuosa. En este momento incorpora la cebolla y el cilantro finamente picados. Remueve y machaca a la vez, suavemente, hasta incorporarlos a la pasta.
5. Prueba y rectifica a tu gusto. Introduce media hora en el frigorífico para refrescarlo ligeramente, sin que llegue a enfriarse demasiado para no ocultar parte del aroma y sabor de este delicioso preparado.
DISFRÚTALO !!!