1. Hazte con un buen cochinillo lechal, joven y tierno. Puedes cortarlo en casa sin problema o pedirle a tu carnicero que lo trocee en dados menudos, de unos 3x3 cm aproximadamente, con piel y hueso.
2. En una olla vierte el agua y añade la sal, un buen chorro de vinagre y el cochinillo troceado. Dale fuego al máximo.
3. Cuando comience a hervir, baja la intensidad y deja cocer1º.- Transformar las propiedades de un género por medio de la acción del calor.
2º.- Llevar un líquido a ebullición.
3º.- Cocinar. a fuego lento pero manteniendo siempre el hervor. No te olvides de desespumarRetirar de un caldo las impurezas de su superficie con la ayuda de la espumadera. de vez en cuando para eliminar las impurezas que flotan en el agua. Cuece por espacio de 30-40 minutos aproximadamente.
4. Una vez transcurrido este tiempo, escurre los trozos de cochinillo, deja templar y sécalos sobre papel de cocina.
5. Calienta el aceiteGrasa obtenida de elementos vegetales tales como olivas, soja, girasol, etc. de oliva en una sartén amplia o freidora. Cuando comience a humear ligeramente incorpora el cochinillo troceado y los dientes de ajo machacados pero sin retirarles la piel. Fríe a fuego fuerte hasta que esté perfectamente dorado. Unos 5-6 minutos serán suficientes.
6. Escurre de aceiteGrasa obtenida de elementos vegetales tales como olivas, soja, girasol, etc. y acompaña con los dientes de ajo, patatas y pimientos fritos, una ensalada... lo que más te guste.