1. Si quieres elaborar esta tarta rápidamente, no te compliques y compra masa de hojaldre ya laminada. Descongela la masa a temperatura ambiente y estira o lamina con ayuda del rodillo de cocina hasta obtener un grosor de unos 3-4 mm. Hay masas de hojaldre en el mercado de gran calidad que ya vienen laminadas al grosor deseado.
2. Corta 3 láminas rectangulares de unos 30 x 20 cm y coloca cada una de ellas sobre hojas de papel antigraso ó sulfurizado. Pincha las láminas, aunque no es necesario, con la punta de un tenedor para evitar que desarrollen demasiado en el horno y salpícalas con unas gotas de agua.
3. Introduce en horno precalentado a 230º C en modo cada una de las láminas dejando que se tuesten ligeramente, de 15 a 20 minutos. Una vez bien horneadas, retíralas del horno y deja enfriar.
4. Haz la base de la tarta con una de estas láminas de hojaldre horneado y con ayuda de una manga pastelera, cubre toda la superficie con la mitad de la crema pastelera.
5. Coloca sobre la anterior otra lámina de hojaldre. Presiona, suavemente, esta lámina sobre la crema pastelera para asentarla.
6. Cubre esta segunda capa de hojaldre con el resto de crema pastelera reservando una pequeña cantidad para la capa superior.
7. Ahora extiende una pequeña porción de crema pastelera (con ayuda de una espátulaPaleta larga o triangular y más ancha que se emplea para voltear géneros, recubrir con cremas o mezclar alimentos. de pastelero) sobre la 3ª capa de hojaldre horneado a modo de fina capa. Esto ayudará a que la almendra quede pegada. Colócala sobre la tarta a modo de capa de presentación.
8. Espolvorea entonces con la almendra en grano tostada hasta crear una capa superficial homogénea y, para finalizar, con un poco de azúcar glass.