Una pasta de garbanzo sencilla y exquisita que podrás servir de aperitivo o como complemento y guarnición de diversas preparaciones.
1. Pon los garbanzos a remojo unas 12 horas, en abundante agua templada (Favorecen su rápida hidratación) y un puñado de sal.
2. Ten en cuenta que una vez bien hidratados doblarán su peso original. Pon a cocer1º.- Transformar las propiedades de un género por medio de la acción del calor.
2º.- Llevar un líquido a ebullición.
3º.- Cocinar. en abundante agua con un poco de sal y una pizca de cominos molidos. Una vez tiernos, 1 hora de cocción aproximadamente, retíralos del fuego y deja templar.
3. Escurre bien los garbanzos y deposítalos en el vaso de la batidora, thermomix ó robot de cocina.
4. Agrega los condimentos, hierbas aromáticas y especies a tu gusto a excepción del pimentón picante. Ojo!... el diente de ajo dóralo antes en aceite y añade el aceite de sésamo en pequeña cantidad para evitar que predomine su sabor sobre el resto de aderezos.
5. Tritura bien durante 4-5 minutos hasta obtener una pasta espesa y homogénea. Si te resulta demasiado espesa, incorpora un poco del caldo de cocción.
6. Rectifica de sazonamiento e introduce en el frigorífico unas 2 horas. Sírvelo muy frío espolvoreando con un poco de pimentón picante, un chorro de aceite de oliva extra-virgen y unos garbanzos enteros. En todo caso, hazlo como más te guste, seguro que queda perfecto.