También conocidos como "Bollos de leche", comprobarás que sin añadir leche a la masa, el resultado es excepcional. Con estas cantidades obtendrás 16 piezas aproximadamente.
1. Elabora en primer lugar la esponja base o masa madre. Mezcla la levadura con la cantidad exacta de agua tibia y añade la harina tamizada. Trabaja bien durante 5 minutos y resérvala.
2. Mezcla la harina y la sal y tamiza.
3. Una vez la esponja base haya doblado su volumen (20-25 minutos aproximadamente), deposítala en el bol de tu robot de cocina y añade la harina tamizada con la sal, el azúcar, un huevo y medio bien batido (Reserva el resto de huevo batido para pintar los bollos) y el agua templada.
4. Amasa a potencia media durante 10 minutos. Transcurrido este tiempo, agrega poco a poco la mantequilla troceada y trabaja unos 5 minutos más, hasta que la mantequilla se haya integrado bien. Obtendrás una masa muy fina y brillante.
5. Deja reposar la masa durante 45 minutos.
6. Una vez fermentada, corta porciones de unos 60 gr y boléalas, hasta que queden compactas y uniformes. Forma los bollos con la forma característica y colócalos en la bandeja del horno, sobre papel sulfurizado.
7. Haz un ligero corte longitudinal en la supericie de los bollos y píntalos con el resto del huevo batido. Deja fermentar1º.- Reposar una masa con levadura para que aumente su volumen.
2º.- Descomponerse un género orgánico por efecto de microorganismos. a temperatura ambiente unos 45-50 minutos.
8. Pinta de nuevo la superficie con un poco de huevo batido y añade en el corte un poco de azúcar ligeramente humedecido con agua.
9. Introduce a media altura en horno precalentado a 210ºC y cuece 10 minutos en modo hasta que resulten dorados a tu gusto.