IMPORTANTE: asegúrate bien de que la masa que elabores es compacta y no tiene burbujas. Evitarás que puedan explotar al freír y que puedas quemarte. Utiliza una churrera de mano, ayuda a compactar la masa y eliminar burbujas.
1. Pon el agua en una olla amplia, añade la sal y una cucharada de aceite de girasol.
2. Lleva a ebullición la mezcla. Cuando comience a hervir, retira del fuego y añade la harina en dos o tres veces, removiendo con una espátulaPaleta larga o triangular y más ancha que se emplea para voltear géneros, recubrir con cremas o mezclar alimentos., enérgicamente hasta formar una pasta homogénea, sin grumos y sin burbujas. Déjala reposar unos 15 minutos.
3. Calienta el aceite de girasol en una sartén amplia.
4. Amasa nuevamente la pasta evitando la formación de burbujas e introdúcela en una manga pastelera con boquilla rizada o en una churrera manual.
5. Forma los churros y córtalos del tamaño deseado con ayuda de unas tijeras. Introdúcelos en aceite muy caliente (180ºC) y fríelos de 3 a 4 minutos, hasta que resulten bien dorados.
6. Escurre sobre papel secante y espolvorea con azúcar al gusto.