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Nunca laves el pollo
Nunca laves el pollo
11/04/2016 2:58

Suena raro, sí. Quizá pienses que es una temeridad o una guarrada. Lee este artículo y no sigas esa práctica tan peligrosa para tu salud y la de tu familia.

Según se desprende de un reciente estudio de la F.S.A. del Reino Unido (Agencia para las Normas Alimentarias, según sus siglas en inglés), el pollo no debe lavarse antes de cocinar.

Esta es una práctica muy habitual tanto en el Reino Unido como en el resto de Europa (Hasta un 70% de la población lo practica a diario), digamos que "como tradición, porque así lo hemos hecho siempre en casa". Consecuencia: el 30% de los casos de toxiinfección alimentaria se deben al pollo mal conservado, mal cocinado o lavado antes de consumir.

Se estima, como apuntábamos antes, que un 70% de la población europea lava el pollo antes de cocinarlo, como precaución y pensando que esta práctica añade un plus de seguridad y elimina posibles gérmenes. Nada más lejos de la realidad.

Precisamente, esta práctica seguida por desconocimiento, nos hace más vulnerables antes diversas bacterias como la Salmonella o la temible Campylobacter jejuni.

Esta última, la Campylobacter jejuni, está presente en aves crudas, agua contaminada, vegetales frescos y leche sin pasteurizar. En el caso de las aves, como pollo, pavo o pato, está presente en el 60% de las aves que se venden a diario en los lineales de distribución.

Esta bacteria provoca náuseas, vómito y diarrea. Los niños, ancianos y personas convalecientes son muy vulnerables de modo que, en una situación digamos "normal" de contaminación, sus efectos pueden resultar extremadamente peligrosos hasta el punto de provocar la muerte en casos extremos.

Siempre que cocinemos bien la carne de pollo esta bacteria desaparece. Incluso la congelación por espacio mínimo de 24-36 horas acaba con su poder contaminante. Te preguntarás ahora "¿entonces, por qué alarmarse con esta práctica tan extendida?" Muy sencillo: esta bacteria efectivamente muere después de bien cocinada o congelada el ave pero sobrevive bien en medios acuosos, de modo que si lavas el pollo crudo estás salpicando y contaminando utensilios de cocina, superficies, tablas, manos, etc. De este modo la contaminación cruzada está asegurada y tendrás bacterias por toda tu cocina ya que se reproducen con facilidad y llegan a "saltar" hasta 1 metro de distancia.

Después de leído este artículo, si todavía crees que lavando el pollo eliminas bacterias, piensa que estas llevando a cabo una práctica muy peligrosa.

Para resumir: no laves el pollo y cocínalo bien, siempre por encima de 75º C sin restos de sangre o, si lo prefieres, congélalo antes de consumir. Para eliminar restos de humedad o vísceras, hazlo con ayuda de papel de cocina.








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